Ainsa y Sobrarbe

Villa de Ainsa

Pueblo monumental y amurallado declarado Conjunto Histórico- Artístico en 1965 fue construida sobre un altiplano en la confluencia de los ríos Cinca y Ara para una mejor defensa, conserva casi todas las murallas que la rodeaban, dos de sus tres puertas y todo el sabor medieval de su casco antiguo. Con el macizo del Pirineo en el horizonte destacan la esbelta torre de La Colegiata y el enorme recinto del Castillo.

Su enclave privilegiado, patrimonio y rincones vírgenes le convierte en un punto de partida ideal para realizar excursiones a pie o en bicicleta.

Aínsa es acogedora y ofrece al visitante una buena oferta cultural y de ocio. Cada mes de Julio en el Castillo de Ainsa se celebra el Festival internacional de música y cada dos años en Septiembre los Ainsetanos protagonizan la representación épico-dramática de La Morisma.

Valle del Ara

La cabecera del río Ara, único río virgen y libre de presas de España, está declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO y forma parte de la zona periférica del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido donde nace para verter sus aguas el rio Cinca, a los pies de la villa de Ainsa tras 67 kilómetros de recorrido ininterrumpido.

En la cabecera del valle se encuentran pueblos de montaña como los de Torla y Broto, puerta de Ordesa, y cerca de la confluencia del Cinca; Bolataña, dominada por un antiguo castillo Musulmán, donde podremos encontrar entre sus calles la Iglesia Colegiata de San Pedro y numerosos ejemplos de arquitectura tradicional. El tramo medio está salpicado de pueblos abandonados en la década de los cincuenta que invitan al viajero a explorar, en kayak, a pie o en bici, este extenso territorio que limita al norte con el Parque Nacional de Ordesa y al Sur con el parque Natural de la Sierra de Guara.

Valle del Cinca

El río Cinca nace bajo el glaciar de Monte Perdido continuando su camino por el Valle de Pineta, Bielsa y el congosto de las Devotas hasta llegar a Aínsa atravesando un territorio extenso y variado desde el punto de vista geológico, con una quebrada topografía y una gran diversidad de paisajes. Puerta a los valles de Añisclo y Pineta, es el punto de partida para grandes travesías y ascensiones en el entorno del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

En lo cultural destacan el Carnaval de Bielsa -el más famoso del Pirineo Aragonés- y San Vicente de Labuerda, conjunto declarado “Bien de Interés Cultural” donde se puede visitar la más importante obra del románico de todo el valle, la iglesia de San Vicente del siglo XII, y su espectacular “esconjuradero” mirando hacia la Peña Montañesa.

Valle de Gistaín

El Valle de Gistaín no tuvo acceso por carretera hasta mitad del siglo XX permitiendo la conservación de su riqueza cultural y etnográfica. En los últimos años se han recuperado numerosos caminos tradicionales, caminos auténticos, salpicados de pequeños prados cercados por arboles centenarios. Más arriba, ya en el Parque Natural de Poset Maladetas, encontraremos bosques, ibones y praderas con bordas de piedra y pizarra. La arquitectura popular se extiende por todo el valle con calles estrechas y empinadas rodeadas de casas de piedra y tejados de pizarra. Merece la pena visitar el Museo Etnográfico de San Juan de Plan que cuenta con una gran colección de piezas de uso cotidiano. Paisaje y tradición hacen de este valle tranquilo y aislado ideal para familias con niños.